Me han pedido un libro que discuta los planes fiscales certificados por la Junta de Control, idea que me parece interesante y útil para mis lectores; les ahorraré la agonía de leer, analizar y sufrirse la lectura de esos espantos. Su título preliminar es PROMESA de tratar de destruirnos. (No creo que quede duda sobre mi opinión de lo que he leído hasta ahora.)
El que tenía planificado como mi segundo libro está pospuesto por ahora: Un libro preliminarmente titulado Tu PROMESA yo no la quiero, una colección de artículos que demuestran que la ley de la PROMESA no era necesaria, y que aún con la cadena del estatus político, Puerto Rico tenía alternativas para afrontar la reestructuración de su deuda. Entre los temas que planifico discutir están: cuál era el proceso para emitir deuda gubernamental; el impacto del estatus político en el desarrollo económico de Puerto Rico; los esfuerzos internacionales para promover mecanismos de reestructuración de deudas nacionales; y cómo tanto esos esfuerzos como el Capítulo 9 de la ley de quiebras de EE.UU. hubieran sido mejores soluciones que la Junta de Control impuesta por la ley de la PROMESA con sus procónsules nombrados por el Presidente de EE.UU. y su socavo de la soberanía del pueblo de Puerto Rico.